lunes, 30 de junio de 2008

LA HISTORIA SIGUE

Ya pasó un mes.
Muchas cosas cambiaron.
Estamos ante

lunes, 2 de junio de 2008

Yo Pensé


Con el tiempo he crecido.

He madurado, un poco, al menos.

Quizá no lo suficiente.

Pero no tenía ganas de hacer un drama.

Era mejor así.

Pasarlo bien.

Y uno nunca se llega a imaginar

lo bien que la puede pasar

cuando sucede algo

que no se espera.

190. Mensajes Inútiles

Ocurrió un lunes, hace una semana del día de hoy. La noche y el frío me habían envuelto y eran mis acompañantes de regreso a mi hogar después de un día de facultad normal. Cuando en eso, un mensaje recibido a mi celular me indica que alguien me estaba buscando.

"¿Estás en tu casa?"

Eso era todo. Número desconocido. Respondí con un particular "¿Quién eres?", porque todo dependía de quién se trataba el saber si yo me encontraba en mi casa o no. Pero antes de recibir la respuesta pude hacerme una sospecha de quién se trataría.

Sucedió hace dos semanas atrás, cuando por chat nos encontramos con Juan y me pasó su nuevo número de teléfono, que por supuesto nunca agendé, dado que pensé que jamás lo iba a necesitar utilizar de nuevo. Pero, ¿sería?

"Soy Juan". Fue nuevamente su gran respuesta.

Sabía que si preguntaba si me encontraba en mi casa era porque quería venir a verme, ya que dudo que de repente le haya despertado el instinto maternal para saber si todas las veces volvía a mi casa bien después de la facultad.

"Ah, nunca agendé tu nuevo número, como te darás cuenta. Sí, ya estoy llegando a mi casa."

Tampoco se lo iba a hacer fácil. Que luche. Je.

Así que me senté a comer y a mirar un poco de televisión, cuando veinte minutos después llegó nuevamente una respuesta.

"Si no puedes o no quieres, lo entiendo, pero me gustaría hablar contigo sobre el proyecto que tenemos en Humanidades. O también te lo puedo contar por chat."

Era algo que tranquilamente me podía contar por chat, me lo imaginaba. Pero como sé que su orgullo era excesivo y que hacer aquello le estaba costando horrores, preferí no mandar mi parte altanera pero aún así no ceder con facilidad.

"Como quieras. ¿Tú quieres venir a mi casa?"

Dos segundos después.

"Si se puede".

Si hubiera empezado por ahí nos hubiéramos ahorrado como tres mensajes cada uno.

"Sí, claro, ven. Estoy en mi casa."

Así fue como diez minutos después la puerta de mi casa recibió el anuncio de que alguien se encontraba del otro lado. Sin el menor sentimiento en mi interior, abrí la puerta y al mirarlo, solamente hice un ademán, mientras que mi cabeza pensó "pasa, extraño".

189. Y Siguió

Después de ese mundo ficticio donde nos introducimos, los días que continuaron, mi vínculo con Lucas se iba deteriorando a cada paso que dábamos. Era como si cada cosa que él tuviera que decirme a mí me cayera mal.

No sabía cómo pero era algo que había logrado. Me pregunté si quizá había cruzado la línea. Si era algo de lo que visiblemente ya no había ninguna forma de arreglarse. Pero como Sebastián me había encargado la incómoda tarea de tener que avisarle cuándo sería nuestra próxima sesión de Rol, agarré mi celular y di el gran paso, justo en ese día en donde ya ni nos hablábamos.

- ¿Estás ofendido conmigo o victimizado de alguna forma? - pregunté.

- Y sí - respondió, haciéndose el herido. - Si me trataste muy mal todo este tiempo. No sé qué es lo que te anda pasando.

Para ser sincero, y eso es algo que nunca se lo comenté, desde el momento en que quedó en mi habitación cuando toda mi familia me esperaba fuera y que él no haya querido salir, fue como una raya importante en mi estandar de tolerancia que Lucas cruzó pensando que no me importaría.

- De acuerdo, no hablaremos de esto - dije, poniéndole fin a un debate al que no pensaba participar. - Te llamo para comunicarte que el sábado jugaremos, si es que tu enojo hacia mi persona se te va.

- Sí, ya se me fue - reconoció. - Yo sabía que tú me ibas a llamar cuando se te vaya la bronca conmigo.

Ni siquiera le interesaba saber cuál era mi bronca. Bien, Lucas, un punto a tu favor. Cada vez estábamos más lejos de la Amistad Modelo de cada uno.

Sin embargo, las cosas siguieron su ritmo y volvieron lentamente a la normalidad. Hasta que el lunes, todo cambió.

El lunes, reapareció Juan. Y Lucas se vio demasiado perjudicado con su presencia.