lunes, 26 de noviembre de 2007

11. Imposible

Luego de una intranquila mañana en mi última semana de facultad, no podía dejar de pensar en si realmente había tomado la decisión correcta el día anterior. Decidir no ir.

Todavía estaba sin saber qué es lo que había pasado con Patricio, el hermano de Juan, debido a que Lucio me había comentado que tuvo un problema y por eso ambos tuvieron que partir, para intentar solucionarlo.

Estaba calmado. Increíblemente calmado y deprimido. Necesitaba una pequeña esperanza en aquél mundo. No encontraba mi camino y había pasado casi un mes. Tenía que solucionarlo de alguna manera. Tenía que encontrar la forma de salir adelante. Después de todo, Juan me había hecho lo peor que pudo hacerme, ya no me podía causar más dolor, ¿o sí?

Pero si por las dudas, el día me había encontrado suceptible y con muchas amarguras en el alma, la situación aún podía ponerse peor.

Julieta era una amiga sexy e increíblemente llamativa. Era una amiga desde hace tiempo y tuvo la oportunidad de ver a Juan en dos oportunidades, pese a que no le cayó para nada bien.

Me encontraba con ella, a punto de volver a mi casa, luego de un día en donde lo que menos quería hacer era ver gente. No podía explicar, ni tampoco quería, lo vacío e inútil que me sentía. Sólo me puse a pensar en aquellos tiempos donde yo era feliz. Feliz con la persona que cree que va a pasar el resto de su vida. Feliz por haber encontrado a alguien a quien amar. Feliz porque finalmente alguien me aceptaba como era y a quien jamás quise esconderle nada.

- El sábado me encontré con Juan - me contó ella, como si tal cosa. - Estaba con un amigo, Lucio. Estaban tomando unos tragos en un bar, donde yo estaba con mi supuesto novio.

Aquello debería tener una buena explicación. Lucio no me mentiría. No me diría que tenían que ir a ver a Patricio, sólo como una excusa para sacarme de sus planes. No, Lucio no haría una cosa así. Aunque yo también pensaba que Juan no me iba a traicionar, así que podríamos decir que no me va esto de fiarme en las personas.

- ¿Y qué hablaron? - pregunté, como si no me importara.

- Me dijo que mi novio y yo no hacíamos nada ayer, que te mandaría un mensaje y organizaríamos una salida - comentó.

Genial. Juan, que hasta ese momento de la noche habrá creído que yo y él nos veríamos el día anterior, había propuesto a una amiga mía juntarnos entre todos. ¡Divino!

- Por supuesto, nunca llegó tu mensaje invitándome - comentó.

- Es que no lo vi a Juan - expliqué. - Tampoco sabía que había organizado una hermosa salida. Este chico es siempre una caja de sorpresas.

Aquello tenía menos sentido todavía. ¿Acaso Juan pensaba que yo lo volvería a ver y que luego de eso, tranquilamente, saldríamos a tener algún evento social? ¿Por qué seguía haciendo eso?

Dios, ¿cuándo va a parar todo?

¿Cuándo va a parar todo?

2 Culpables:

Unknown dijo...

Igual quiere seguir teniendo una amistad... o se arrepintio de haberte dicho de ir a su casa...
Tu lo puedes saber mejor que nadie.
No te comas la cabeza el tiempo lo pondra en su lugar.
saludos

Unknown dijo...

respecto al comentario que me has dejado: tu felicidad está a tu alcance, depende de ti... coge al toro por los cuernos y juegalo a tu favor.