jueves, 22 de noviembre de 2007

3. Su Mejor Amigo

Si alguna vez pensé que cuando me enfrenté a la ex novia de mi ex pareja, era algo que sólo lo haría una persona estúpida y que se busca su propio dolor, no lo había meditado seriamente. Ahora descubrí que hay algo peor que enfrentarse a la ex. Sí. Falta salir airoso del encuentro con su mejor amigo. Y, pueden creerme todos, Lucio era un rival completamente difícil de transpasar.

No recordaba bien la historia de la amistad entre Lucio y Juan. Sólo sé que ellos dos eran dos gotas de agua, por lo que siempre supe que Lucio no era una de las personas con las que yo mantendría contacto a lo largo de mi vida. Sólo siempre hubo una gran muestra de respeto, pero absolutamente nada más.

Regresaba tranquilamente caminando de la casa de mi amiga Ana, cuando me encuentro a Lucio en la vereda de su hogar. Cuando me vio cruzar, vino a saludarme, justo al mismo tiempo que mi mente lamentaba no haber tomado otra calle.

- ¿Cómo estás? - preguntó. - ¿Sabes algo sobre Juan? Estoy intentando llamarlo, pero creo que su celular no funciona.

¿Este chico verdaderamente es estúpido? ¿Acaso no había notado que hace más de tres semanas que no me veía? Eso era algo que me incomodaba, pero que a la vez agradecía, sobre Juan. El hecho de que sea una persona tan reservada que ni siquiera era capaz de hablar con sus amigos sobre mí. Es cierto, me hacía sentir poco importante, pero por otro lado, me daba placer tener, por lo menos, un grado de dignidad ante la gente que había conocido gracias a él.

- La verdad es que Juan y yo últimamente no nos estamos vinculando mucho - respondí, sinceramente. - Así que no tengo idea sobre su existencia.

- ¿Qué es lo que pasó? - preguntó, como si acabara de decir algo totalmente absurdo y que no tenía cabida en la mente de nadie. - Ustedes dos pasaban mucho tiempo juntos.

Mi parte herida tenía ganas de contarle a ese joven toda la dolorosa realidad debido a que tal vez me podría dar algunas respuestas a todo lo que yo estuve queriendo saber desde hace tanto tiempo. Mi parte coherente prefirió decir lo justo y necesario, ya que después de todo, estaba ante uno de sus mejores amigos. Es una regla establecida que los ex no deben llorarles a los amigos del victimario. Dirán y te harán creer que te consuela, pero sólo es un truco para luego poder reírse de ti.

- Es que creo que se enojó con alguien del grupo y desapareció por completo - comenté, como si esa historia tuviera credibilidad. - No tengo mucha idea. Pero estamos bien, simplemente ya no nos hablamos como antes.

Lucio se quedó un segundo en silencio, como intentando leerme entre líneas. En ese momento me encontraba tan asustado que pensé que el letrero de "fui traicionado" brillaba en mi frente. Lo único que quería era salir corriendo de aquella desesperante situación, llegar a mi casa y rogar que Lucio jamás le cuente a Juan que nos vimos.

- Juan no es una mala persona - dijo Lucio, finalmente, como si logró entender claramente todo lo que yo quería decir. - Algo le habrá pasado que haya decidido alejarse. De todos modos, tú tienes que darle gracias a la vida por ser amigo de él.

Y ahí estaba. La respuesta a una de las preguntas que surgieron en esos minutos y se respondió sola. El mejor amigo de Juan era completamente estúpido.

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