sábado, 3 de mayo de 2008

174. Los Dos On Line

Al día siguiente, después de finalizar un arduo día de universidad, habíamos pactado con Ana juntarnos a nuestras Tardes de Series. Y sólo quedaba la opción de avisarle a Lucas, con quien me estuve resistiendo todo el día las ganas de mandarle un mensaje para preguntarle si había viajado o no. Finalmente mi voluntad había vencido y fue totalmente productivo que lo hiciera, porque cuando llegué a mi casa y me conecté, vi a Lucas on line. No habló.

YO: Hola.

LUCAS: Hey, hola.

YO: ¿Viajaste al final?

LUCAS: No, no voy a ir.

YO: ¿Y dónde estás ahora?

LUCAS: En el ciber de Tobías. Mientras él y Marcelo arreglan unas máquinas, yo me dedico a chatear.

Ah, bueno. Damos por entendido que la charla de anoche fue gastar saliva en palabras baratas, porque directamente ya dejé de existir en los planes del fin de semana. Bien, y por si las cosas no podían empeorar, en la otra ventana Sebastián habló conmigo.

SEBASTIAN: Estoy en la ciudad, en veinte minutos voy para tu casa.

Aquello era extraño, pero no necesitábamos deliberar demasiado para descubrir que el repentino interés de Sebastián por visitarme tenía más que ver con el hecho de que necesitaba información de Camila que con el hecho de que yo me había distanciado de Lucas.

De todos modos, volví hacia mi conversación con Lucas.

YO: Mañana nos juntaremos a una tarde de series, a eso de las cuatro. Si quieres venir, estás avisado.

LUCAS: Bueno. Yo veré qué hago.

Por el amor de Dios. Aquella situación me estaba sacando de quicio. ¡Estaba muy enojado!

YO: Después sería interesante analizar la hipótesis sobre en qué momento directamente dejamos de tener planes.

LUCAS: Vale.

En ese momento tuve ganas de arrancarle los ojos con una cuchara para que le doliera más.

YO: Pregunta, esto que está pasando ¿tiene relación a nuestra última conversación, verdad? No estás por encima del hecho, ¿cierto?

LUCAS: No lo sé.

YO: Entonces ¿decidiste apartarte?

LUCAS: No. Tiempo.

YO: Hubiera preferido que te tomes la molestia de charlarlo conmigo y encontrar una solución antes que hagas esta estupidez que estás haciendo.

LUCAS: Me voy, Oliver. Nos vemos mañana. Adiós.

Y se desconectó. Estaba tan furioso que jamás me percaté, hasta un par de minutos después, que Sebastián ya estaba en la puerta de mi casa.

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