viernes, 9 de mayo de 2008

182. A un Número de Distancia

Cuatro días después las cosas continuaban a un ritmo bastante normal y equilibrado. No había sucedido nada emocionante ni digno de análisis, por lo cual, y pese a que fue una sorpresa descubrirlo, una parte de mí se alegraba decaer en una rutina, porque estaba un poco cansado de mis cambios de humor, y por lo menos, hasta el momento, me sentía psicológicamente estable.

Finalmente, Camila le pidió un tiempo a Sebastián para meditar qué es lo que iba a hacer de su vida, pero que él deje de hacerse tantos problemas y que se tome un poco más de tiempo ya que recién acaba de salir de una relación y ella no quería ser el rebusque que usaría para no estar solo.

Mi vínculo con Lucas creció, ya que volvimos a pasar tiempo juntos, pero una parte mía ya no lo quería como antes. Al haberse alejado sin dar explicaciones, hizo que se asesine en mí el cariño que le tenía y por más que ahora esté presente, no olvidaba que ni siquiera tenía la cortesía de responderme los mensajes.

Así que analizando todo esos detalles, fue que me encontraba en una tarde de jueves compartiendo una clase con Ana.

- Lo vi a Juan - dijo ella, como con temor de contarme la historia. - Hace dos días.

- ¿Y qué tal? - pregunté, sin interesarme en el tema.

- Está bien, intercambiamos números de teléfono - respondió. - ¿A ti te importaría que le de tu número? Porque cambió de celular y no tiene los números que antes tenía.

- Patricio tiene mi número - respondí.

- Pero tú también cambiaste de celular - me recordó Ana.

- Sí, pero no cambié mi número - le contesté, como si nunca hubiera notado que ella me seguía escribiendo al número de siempre y yo seguía respondiéndole.

- Es verdad - se lamentó, sintiéndose algo tonta. - ¿Y... te molestaría que alguna vez hagamos planes con él?

- Como si ahora necesitas mi permiso para incluirlo en nuestros planes - dije, en referencia a la vez que lo había invitado cuando yo iba a ir a verla. - No me afecta ni modifica mi existencia.

Era cierto. Juan era un capítulo cerrado en mi vida que no me interesaba volver a abrir. Por el momento, estaba muy seguro que dejaría de buscar al amor perfecto y dejaría, por primera vez, que me encuentre a mí. Sé que tarde o temprano aparecería.

0 Culpables: