domingo, 2 de diciembre de 2007

20. Llegando a la Fiesta

Cuando desperté, mi cabeza intentó asimilar la idea de todo lo que había sucedido, desde aquella dolorosa separación con Juan hasta el día de hoy. Vi que era uno de diciembre y recordé que ya había pasado un mes. Parecía hace tan poco y a la vez, parecía hace tanto.

Maya, hacia más de una semana, me había invitado a su fiesta. Pero también había invitado a su ex novio, Juan, con quien sigue teniendo una buena relación a pesar de que su noviazgo terminó hace casi dos años y duró cerca de tres meses. Maya, al igual que todas las personas que me rodeaban, no sabía sobre la relación amorosa que Juan y yo tuvimos durante estos meses. Por ende, nadie sabía que el dolor que yo demostraba tener por la pérdida de un amigo era más grande de lo que se pensaba.

Julieta me había dicho que vaya a pasar una semana lejos de la ciudad, en su departamento, después del 10 de diciembre, a lo que acepté encantado, aunque nadie más sabría el verdadero motivo de mi escapada.

Esa noche, Julieta había regresado a la ciudad, así que viendo que ya era hora de ir a la fiesta de Maya, decidí llevarla conmigo.

- Genial, otro fin de semana con lluvia - comentó, mirando las densas nubes del cielo. - Escucha, estuve hablando con Ernesto, sobre el hecho de haberte ofrecido a que tú vayas a quedarte en mi departamento durante una semana.

- Oh, ¿y se opuso? - pregunté.

- No, al contrario - explicó, aunque se notaba que estaba algo confundida. - Quiero conocerte. Al final, jamás los pude cruzar y como ya le he hablado mucho de ti, quiere que vayas. Está más emocionado que yo. Eso sí, me dijo que te pregunte si no te molestaría que yo vaya a su casa a verlo.

Sonreí ante aquella petición. Una semana sin sexo y parecía el fin psicológico de la vida de Julieta. ¿Qué tendría que decir yo? Que cumplía un mes sin tener contacto sexual con nadie.

- No tengo problema - dije, sin dejar de sonreír. - Cualquier cosa con tal de que no lo hagan delante mío.

- Y, ¿qué es lo que haremos aquí? - preguntó Julieta. - Al final, ¿compraste las bebidas que te pidió Juan?

- No - respondí, como si era un tema que yo había enterrado en mi cabeza. - Digamos que no tenía por qué hacerlo. Así que me escaparé de aquí antes de que él llegue. Si encuentras a alguien con quien decides quedarte, no tengo problemas, pero antes de que Juan llegue, yo me iré.

- Por favor, Oliver, tengo novio - se quejó. - ¿Cómo me puedes decir que si encontraré alguien con quien quedarme? Pero que bueno que no me juzgues si lo hago.

De pronto me encontraba frente a la fiesta de Maya. Un mundo de gente desconocida para mí, y las pocas que conocía no me agradaba encontrar. ¿Cómo pude haber aceptado? Estaba por cruzar la puerta para entrar cuando Julieta me agarró del brazo.

- Quiero que busquemos un kiosco - dijo. - Necesito comprar cigarrillos.

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