sábado, 8 de diciembre de 2007

32. Tras las Nubes

Cuando Cristian se fue de mi habitación, el mundo parecía caerse a pedazos. La tormenta estaba increíble y, si no fuera porque al apenas asomarme a la puerta para despedirlo, me empapé por completo, me hubiera quedado observándola. A la tormenta, claro, ver como Cristian se mojaba para intentar subir al auto, sería una bonificación extra.

Lo cierto es que al estar con Cristian, de repente no sentí esos deseos que tenía por Juan. Con Juan todo era distinto. Todo era ternura, romance, pasión y protección. Cada vez que Juan y yo hacíamos el amor, lo único que quería era quedarme recostado, con mi cabeza en su pecho y dormirme así, abrazados.

En cambio con Cristian, sólo quería que se marchara después de que lo hicimos. Claro que no podía echarlo, así que rogué en mi interior que se quiera marchar, pese a la lluvia torrencial que caía afuera. Por primera vez en mucho tiempo, mis plegarias fueron escuchadas y solo decidió marcharse.

Faltaba poco tiempo para que finalmente sea el día en que me marcharía a tomarme un descanzo. Posiblemente el martes estaría lejos de todo y de todos y volvería a sentirme bien de nuevo. O por lo menos, esa era la esperanza que quería mantener... tras las nubes.

1 Culpables:

markitoxxx dijo...

que lindas esas noches pa dormir abrazados... despues de hacer cositas... jeje
Cada noche tiene lo suyo... cuando queremos que ahi nomas se vayan es porque solo nos movia la calentura y nada mas, una vez descargados es increible como pensamos diferente...

abrazo