domingo, 2 de diciembre de 2007

22. Fernando

Noelia me presentó ante Fernando y nos dejó hablando solos. Vi como se la llevaba a Julieta y la unía con todo su grupo. Vaya que extrañaba a esa chica con mucha fuerza, ya que el hecho de vivir dentro de un closet, te impide tener esa clase de compañerismo a la hora de buscar una conquista.

Como la conversación con Fernando apenas era audible, decidimos ir a tomar un poco de aire fresco, pero como al salir nos encontramos con una inmensa lluvia que empezó a azotar a la ciudad, nos tuvimos que conformar con quedarnos bajo un techo.

El chico era agradable, simpático y se reía de cada cosa que yo decía. En ese momento me sentía totalmente encendido, como cuando uno conoce a alguien y trata de caerle bien a toda costa. Por un momento, se me ocurrió la oscura venganza de ver llegar a Juan y que me vea besándome con aquél hermoso joven. Una fantasía que jamás se compliría, puesto que todavía desconocía la sexualidad del muchacho.

- Tengo una banda de música - comentó, mientras mirábamos la lluvia caer. - Somos un grupo de cinco personas. Bueno, creo que tal vez seremos cuatro, debido a que uno queremos echarlo. No lo soportamos más.

- ¿Por qué?

- Porque se le aumentó el ego por pertenecer a nuestro grupo - explicó. - Yo estoy en el último año del secundario y en todos los eventos, nos piden que toquemos.

- ¿Qué clase de música tocan? - pregunté, digno de un entrevistador.

- Hacemos cover y esas cosas - respondió. - Tengo un par de temas que he compuesto yo, pero todavía no les dimos una buena música. Aún así, soy muy tontos, muy sentimentales y ese no es el estilo de la banda.

Con cada palabra que decía, yo me estaba perdiendo más y más. Me comentó también que conoce a Maya muy lejanamente y que no es amante de ese tipo de lugares. Un detalle que ya teníamos en común. Comentó muchas cosas más sobre su vida, pero ningún indicio que me pudiera dar a entender para qué lado jugaba. No tocamos el tema romance, así que nuestra charla era casi superficial aunque con toques de transcendente.

No sé cuánto tiempo pasamos allí afuera, lejos de todo el movimiento de gente, pero en un momento vi que Julieta salió y llegó hacia mí.

- Escucha, más allá de lo emocionada que estoy porque me hayas traído a esta fiesta y me hayas dejado sola con Noelia, que estaba jugando a adivinar cuándo me iba a morir, quiero decirte que ya va a ser medianoche - me comentó.

No era necesario agregar más. Juan estaba a punto de llegar en cualquier momento, y más allá del simple hecho de que no había comprado las bebidas que me pidió, aquella noche era tan perfecta que no tenía que dejármela arruinar por su presencia.

Me sentí como Cenicienta. Corrí antes de que den las doce, nada más que en lugar de dejarle a ese hermoso príncipe un zapato de cristal, fui más directo y le di mi dirección de e-mail.

1 Culpables:

Unknown dijo...

Me gusta mucho como escribes, suerte con el chico nuevo.
saludos