martes, 18 de diciembre de 2007

46. Un Juego Interesante

Una vez mandado el e-mail a Gladis pidiendo disculpas por no haber podido asistir a la fiesta, que esperaba que no lo respondiera gritándome por medio de una llamada de teléfono o insultándome por medio del chat al día siguiente, me dediqué a pensar en qué haría esa noche. Tenía todas las vacaciones, o por lo menos unos días, por delante, antes de volver a concentrarme en estudiar.

Había conseguido mantenerme al margen de todos los fantasmas de mis relaciones que me perseguían y había sobrevivido a mi primer día en la ciudad luego de volver de la tierra de Nunca Jamás, donde pasé una semana maravillosa.

Pero no podía manterme al margen de la sociedad por siempre, así que había algo que tendría que hacer. La respuesta, por primera vez, llegó antes de empezar la pregunta. Walter, el hermano de Lucio, llamó por teléfono.

- Disculpe - saludó el muchacho. - Usted tiene una promoción especial de su empresa teléfonica donde puede averiguar, si es que alguna vez tiene ganas, de qué es de la vida de Walter.

- ¡Hola, Walter! - dije. - Le dije un millón de veces a tu hermano que te diga que quería una señal de vida de tu parte. Veo que él nunca te transmitió el mensaje.

- Nunca lo hizo - respondió. - ¿Cómo estás? ¿Qué ha sido de ti?

- Acabo de volver de viaje - respondí. - ¿Y tú?

- Me mudé - respondió. - Ahora vivo solo. Así que te llamo para que organicemos cuando vendrás a conocer mi casa. Tenemos que ponernos al día. Nosotros ultimamente ni hablamos como antes.

- Lo sé, es verdad -reconocí. - Pero, ¿qué te parece si mañana nos juntamos y hablamos?

- Me parece perfecto - dijo. - También te llamo porque Iván te estaba buscando. Me pidió que te avisara que está formando un nuevo grupo de juego y quiere saber si estás interesado en participar. Yo no podré, porque el trabajo me ocupa mucho tiempo, pero si tú dispones de tiempo libre, puedes hacerlo.

Iván era un amigo de Walter al que yo había visto un par de ocasiones. Me habló sobre un juego que jugaban entre su grupo. Iván era un líder que daba misiones y los jugadores tenían que cumplirlas y pasaban de nivel. Era un juego real, aunque de imaginación. No entendí nunca cuando me lo intentaban explicar pero recordé haberle dicho que me interesaba participar. No podía creer que me hubiera recordado.

- De acuerdo - dije. - Te llamaré para verte y luego me reuniré con Iván.

Y así nada más, se presentó ante mí lo que me tendría ocupado todo el verano. Un juego, del cual no entendía nada, pero me emocionaba ser parte de él.

1 Culpables:

Kev dijo...

holas! che tu vida (y como la presentas en el blog) parece una novela! jajja me pasas el condimento?..así le pongo un poco a la mia! jajjaj, besotee