martes, 4 de diciembre de 2007

27. La Confesión

Finalmente Lucio y yo nos encontrábamos en paz. Ya había pasado la medianoche y aún continúabamos conversando sobre tribialidades. Mientras tanto mi cabeza más se asustaba por la idea de lo que podría llegar a pensar ese chico si algún día se enteraba de todas las cosas que le he estado ocultando. Es decir, él tuvo una agradable charla conmigo hace un par de días donde me dio fuerzas en el momento en que peor me sentía por lo que había pasado con Juan. Claro que jamás le comenté que su mejor amigo y yo tuvimos un romance oculto que duró meses, porque si Juan no se lo dijo, menos derecho tenía yo.

- Hay algo sobre lo que sucedió hoy que está atormentándome - me animé a decir. - Es sobre lo que dijiste con respecto a las mentiras. ¿Hasta qué base llega ese criterio tuyo?

- No entiendo qué quieres saber - me dijo, como si hubiera vuelto a ser el mismo Lucio de siempre, que jamás entendí mi modo de expresarme.

- Es que me puse a pensar en lo mucho que te enojaste con Julieta - expliqué. - Si te enojaste así con ella, porque una persona que conoces hace una semana te ocultó algo, no me quiero imaginar cómo reaccionarías ante una persona que te oculta cosas desde hace más tiempo.

- Eso sí que me podría hacer enojar mucho - contestó. - Si fuera cualquier persona, está bien, porque no me perjudica. Pero si mi vínculo de amigos me oculta algo, podría llegar a sentirme tremendamente traicionado.

- Bueno, creo que aquí se nos da vuelta la moneda - dije, más para mí mismo que para él.

- ¿Qué me quieres decir?

- Lucio... yo soy un poco más complicado de lo que parezco - comencé a decir. - Yo no miento, pero sí puedo llegar a engañar mucho.

- Pero al menos las reconoces - me dijo. - Como la vez pasada, cuando mentiste que salías sólo para evitar que yo viniera a tu casa con Juan. Podrías haberte quedado callado, pero igual confesaste. Era algo que yo jamás me podría haber enterado.

- Me refiero a que no quiero que te tomes como algo personal si por allí te digo cosas inconscientemente que son mentira - confesé. - Es decir, soy una persona totalmente reservada. Es rara la ocasión en donde reconozco mis fracasos o festejo mis victorias. Trato de mantenerme en ese equilibrio.

Parecía ser que lo que le estaba contando a Lucio no era algo totalmente agradable, porque su cara cambió visiblemente.

- No va a pasarnos lo que me pasó con Julieta - dijo, finalmente. - Entiendo lo que dices. Voy a evitar preguntarte cosas y si no me las quiere contar, lo entenderé.

- Quiero explicarte un poco mi forma de ver las cosas - continué, viendo que nos enredaríamos en otra conversación que no nos llevaría a ningún lado. - Yo fui una persona a la que traicionaron un millón de veces en el pasado. Eso me llevó a catalogar la confianza como algo falso o inexistente. Me he creado un muro para que nadie pueda ingresar porque nunca me gustó darle la oportunidad a otros de destruirme, aunque ese muro fue derribado por ya sabemos quién.

Me sentí hablando de Juan como si fuera Lord Voldermot o algo así, pero en estos días Juan se había transformado en el Innombrable.

- Sí, por Juan, ¿verdad?

- Así es - contesté. - Confié en la peor persona que pude haber elegido. Y tú, hace un par de días, fuiste testigo de lo mal que me había dejado esa situación. Ahora estoy queriendo volver a encontrarme con la persona que una vez fui, que si bien no te aseguro que era feliz, por lo menos se salvaba de que la lastimen.

Lucio no comentaba nada. Parecía que todo este tiempo me había visto como una persona honesta y sencilla y ahora estaba descubriendo un lado de mí que no le agradaba demasiado. Me estaba empezando a poner incómoda la situación.

- Veo que no te agrada mucho la descripción que estoy haciendo sobre mi persona - comenté, al ver su rostro. - Pero el hecho de que no le diga a todo el mundo que algo me va mal, no me convierte en una mala persona.

- ¿Hay algo en especial que me quieras decir, después de todo este preámbulo? - me preguntó, mirándome a los ojos.

Suspiré y luego volví a tomar aire. No veía el contra a lo que iba a hacer a continuación, así que sonando lo más natural del mundo, dije lo siguiente:

- Sí, la verdad, ya que viene al tema. Soy gay.

1 Culpables:

Luckitas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.