viernes, 4 de abril de 2008

125. La Historia de Maya

Si bien mis días no eran fáciles de sobrellevar, la que tuvo una muy mala semana fue Maya. La ex de Juan, vino a mi casa a hacer su descargo emocional, por un problema que principalmente no se le podía hacer frente: la muerte. Su abuelo había fallecido hace dos días atrás, y si bien no estaba afectada porque era algo que toda la familia ya estaba esperando que suceda, la sorpresa de la muerte a las cuatro de la mañana del martes, fue algo que la impactó por completo.

- Lo peor de todo es que me di cuenta que tenía todo ropa de colores - me dijo, después de contarme lo sucedido e intentando hacer un esfuerzo por cortar el drama. - Así que tuve que ir a comprarme una remera negra para la ocasión.

Para colmo de males, la madre de Maya debía someterse a una operación (aunque de rutina) ese mismo día que falleció su abuelo (aunque es el padre de su padre), y por eso la operación se postergó para el próximo miércoles. Me ofrecí como voluntario para ir a hacer compañía, pese a que afortundamente no era nada grave.

El resto de la conversación fue hablar sobre sus amores perdidos, pero en ningún momento nombramos a Juan, por lo que llegué a pensar que el muchacho realmente estaba perdido de este planeta. Ni siquiera recordé mencionar la llamada de Patricio, por lo que tampoco pudo devenir un debate sobre a qué se debería.

Pero entre esa conversación, llegó Lucas, para mi sorpresa, sin anunciarse. Estaba totalmente feliz, como esos niños que tienen un regalo que siempre estuvieron esperando y están a los saltos de la alegría.

- ¿Qué sucede? - pregunté, al ver que no paraba de sonreír.

- Acabo de estar con Betiana - anunció, sin parar de sonreír. - ¡Ha vuelto!

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