jueves, 24 de abril de 2008

163. La Historia Planificada

Cuando esa noche volví a ver a Lucas, terminé de hacer unos trabajos prácticos mientras él se dedicaba a jugar al PKR en la computadora. Finalmente me cuenta que tuvo unos problemas con una amiga suya.

- No sé muy bien qué pasó pero me acusa de algo que yo no hice - declaró, algo molesto. - Me dice que yo le conté a su hermana cosas de ella y que por eso la hermana le pegó. Cosas así. No entendí mucho, pero yo ni siquiera hablo con su hermana. Así que no sé de qué va esta historia.

Lógico que no pudimos avanzar mucho en la investigación de ese problema porque, bueno, para empezar no teníamos idea de lo que sucedía y su amiga no se lo quería contar. Mientras tanto, yo le estaba contando mi hazaña con el profesor.

- Pero tu profesor está casado, ¿no? - me preguntó.

- Sí, ¿crees que será feliz con su esposa? - pregunté, interesado. - Por Dios, esto no va a ser una buena etapa, definitivamente. Pero, ¿por qué la vida me lo pondría enfrente si no es para tener sexo con él?

- Pero ¿para qué quieres tener sexo? - preguntó. - Si solamente será eso y luego... nada.

No supe que responderle porque no sabía a qué venía ese comentario. ¿Acaso él conocía a una persona que podría estar conmigo y con ganas de una relación seria? ¿Acaso era otra indirecta? No. No tenía que hacerme más ilusiones con respecto a ese tema. Pero aún así, era otra cosa de Lucas que me hacía meditar mucho. ¿Por qué me hacía esto? ¿Por qué tenía esa costumbre?

- Escucha - dije, saliendo del apuro. - Tengo la historia de mi vida planificada. Primero, Federico y yo tendremos sexo y lo haremos continuamente. Pero meses después, descubriré que tiene esposa.

- Pero si tú ya sabes...

- Sí, ya sé, ya sé que tiene esposa - lo interrumpí. - Pero él no sabe que yo sé. De todos modos, él la eligirá a ella y no a mí. Entonces yo entraré en una gran depresión que durará mucho tiempo, mientras que en ese intermedio tendré que sobrevivir a una bomba que va a explotar en la Universidad, sólo para que después él tenga sexo conmigo nuevamente y la deje a su mujer cuando descubra que lo ha vuelto a engañar con su mejor amigo.

- Esta historia es vagamente similiar a la de...

- Entonces nosotros dos podremos estar juntos - interrumpí nuevamente. - Hasta que mi madre descubra que soy un ordinario, y esa depresión me lleve a no querer nadar cuando caiga en el mar después de querer salvarle la vida a una persona que sufre una herida en la pierna. Bien, como la ciudad no da a ningún mar, tendrá que ser en la laguna que está cerca de aquí. Sólo tenemos que conseguir que choquen dos barcos. El problema sería, ¿cómo conseguimos meter dos barcos en esa laguna?

- Oliver, estás realmente...

- Luego él se metererá en la laguna a salvarme - continué, sin dejarlo hablar. - Pero me dirá que está cansado de respirar por mí y se alejará. Yo querré estar con él, pero en eso la nueva esposa de mi padre morirá a mi cuidado y mi padre me echará la culpa de matarla. Entonces yo quedaré muy traumado y no tendré ganas de aceptar formalizar con Federico.

- Por Dios, esto es absurdo, tienes que...

- Aún así, todo se complicará cuando aparezca mi media hermana, a quien yo no le querré hablar porque mi padre la eligió a ella - volví a interrumpir. - Federico me dirá que se quiere casar conmigo y yo no estaré seguro porque en el pasado él me dejó por su esposa. Y hasta ahí no más sé cómo irá la historia porque recién mañana dan los nuevos capítulos de Grey's Anatomy.

Lucas tuvo ganas de pegarme, creo, porque dejó de hablarme en ese momento. El resto de la noche fue tranquilo, pero sin embargo las hormonas estaban descontroladas en mí. Lo quería. Lo deseaba. Tenía ganas de abrazarlo, de acostarme con él, de amarlo. ¿Por qué? ¿Por qué me da esos comentarios que me vuelven a hacer dudar? ¿Realmente me quiere o no?

La incertidumbre me estaba matando lentamente.

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