miércoles, 16 de abril de 2008

142. La Inscripción de Lucas

Por la mañana, habíamos acordado ir a inscribir a Lucas al mismo curso que Julieta y yo haríamos. Finalmente consiguió el dinero acordado y, pese a que no le gustaba lo que estaba por estudiar, de todos modos vio que era un buen camino para tener controlada a la madre, que quizá nunca lo perdonó por dejar sus estudios y ponerse a trabajar.

Pasamos a buscar a Julieta con el motivo que ella lo inscribiera, ya que el día anterior fue atendida por una muchacha que le ofreció una promoción para que le cobren menos dinero. Julieta estaba visiblemente dormida, tanto que ni siquiera fue capaz de acomodarse el cabello y tenía un gracioso peinado al estilo de Napoleón. Me pegó cuando se lo comenté.

En el camino, Lucas y yo estábamos planeando realizar un nuevo viaje. Mis padres tenían que hacerlo por motivos laborales, por lo que cuando me ofrecieron ir y llevar a alguien, inmediatamente pensé en Lucas, dado que el anterior viaje se vio interrumpido por los cortes de carreteras, además de haber estado peleado con él, claro.

- ¿Dónde iremos? - me preguntó Lucas, emocionado.

- Iremos a ver a mi amiga Karen - respondí, tratando de ponerlo al tanto de los planes para el día siguiente. - Estaremos allí desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde, posiblemente. Por lo que desayunaremos, almorzaremos y hasta cenaremos, si es necesario, en su casa. Eso sí, hay que tener cuidado. Los amigos de la ciudad de Karen son muy molestos. Cada vez que voy a verla, son como una manada de estúpidos que vienen directo en contra de la sociedad. Por suerte estará Laura, que es prima de Karen, y con quien siempre criticamos a estos chicos.

- Tú sabes que si alguien dice o hace algo estúpido, puedo desatarme y enloquecerlos yo - me advirtió Lucas, en referencia a los amigos de Karen.

- Tú tienes un don para hacer sentir incómodas a las personas - remarqué. - Si te llevo ante Karen... Trata de no ser... tan... tú.

- Me pides mucho.

Finalmente habíamos llegado al Instituto para inscribir a Lucas. Julieta no había mencionado nada en relación a las amenazas, por lo cual supuse que todo había sido algo de una noche. Tampoco la veía presa del pánico, así que parecía que todo había quedado en el ayer. O que estábamos muy dormidos como para recordarlo.

- Pasa y habla tú - le indiqué a Julieta, antes de ingresar. - Ya sabes... tú hablaste ayer.

Mi indicación fue un gran error, porque parecía que Lucas era capaz de desenvolverse por sí mismo a la hora de inscribirse, ya que a los cinco segundos sacó a Julieta de la oficina donde estaban y ella volvió envuelta en un ataque de histeria porque Lucas la había echado y hecho pasar vergüenza.

Supuse que era un buen momento para correr, porque se avecinaba una tormenta de parte de mi amigo cuando saliera. Iba a reprochármelo. Estaba seguro.

- ¿Cómo se te ocurre mandar a Julieta a que hable por mí? - me gritó Lucas cuando salió de inscribirse. - Te pedí que me acompañaras, no que me defendieras.

Tengo un sexto sentido, definitivamente.

Intenté ignorar a Lucas el resto del camino porque sus insultos me estaban poniendo de mal humor. Parecía que nunca yo podía hacer algo bien para Lucas, porque de alguna forma, era contrario a sus pensamientos. Y eso que yo solamente tenía las mejores intenciones, porque recorrerme la ciudad para acompañarlo, no era algo que me gusta hacer para recibir semejantes muestras de gratitud.

Aunque no suene creíble, en ese momento me hubiera gustado ser Sebastián. Seguramente a él no lo hubiera tratado así.

0 Culpables: