sábado, 19 de abril de 2008

150. El Misterio de la Lista

Después de despedirme de Candela me quedé en Internet. Ya eran alrededor de las 3 de la mañana pero el sueño no se dignaba a venir por mí. Mi MSN seguía abierto pero más allá de una charla superficial con un par de contactos, no pasó nada interesante. Mi cabeza daba vueltas en círculos en cómo se encontraban las cosas por el momento, entre Lucas, Hugo y Candela.

Pero por si esto no fuera suficiente, alguien más se treparía a la lista y se daría un recorrido. Lucio se conectó y comenzó a charlar conmigo.

LUCIO: Me pasó algo extraño. Me agregó un muchacho a mi correo y me preguntó si era gay. Le dije que yo amo a las mujeres pero de todos modos se me podía considerar bisexual porque también me acuesto con hombres. Le dije que podíamos hacer una amistad y todo lo demás. Además, si quería, lo iba a buscar al centro para ir a tomar algo y si se daba, podíamos terminar juntos. La cosa es que dio dos mil vueltas y al final, ¡me terminó diciendo que no!

La historia no tendría ninguna clase de relevancia en mi vida, sino fuera por un detalle que me llamó mucho la atención. "También me acuesto con hombres". ¿Desde cuándo? Si hasta donde yo lo conocía, era sólo heterosexual.

YO: Ah, veo que querías seguir explorando el universo masculino.

LUCIO: No, ya lo conozco muy bien. Pero, qué se yo, con un hombre es más divertido hacerlo porque puedes hacerle más cosas.

La misma teoría tenía yo, pero de todos modos había algo que no me estaba cerrando de aquello.

YO: ¿Estuviste con otro chico aparte de mí?

LUCIO: Varios. Incluso algunos pagan por un servicio. Con algunos, como tú, lo hago porque me gusta, pero con otros es un servicio que presto.

YO: ¿Y todas esas conversaciones donde me decías que yo era el primero?

No podía creerlo. Justamente Lucio que quiso venir una vez a darme clase de ética y moral ahora estaba descubriendo que me mintió desde el momento que terminamos en la cama. Me sentía algo estúpido. No porque me de bronca descubrir que no soy el primero, sino porque no podía creer que todavía la gente mienta en estas alturas de la vida en detalles importantes. Aquello era absurdo.

LUCIO: Fuiste el primero. Fuiste el primero a quien no le cobré.

YO: Acabas de decir que hay algunos con quien lo haces porque te gusta.

LUCIO: Bueno, te soy lo más sincero posible. Peor sería que nunca te lo dijera.

Me quedé sin hablarle y seguí en Internet. No tenía nada que acotar. Aquello finalmente tenía sentido. La lista de precios de la que alguna vez me habló no era simplemente creada para darle morbo a nuestra situación. ¡Era real! ¡Lo había hecho realmente! Me sentí un poco estúpido por haber vivido engañado todos estos meses.

Y bueno, amigo de Juan tenía que ser. Dime con quién andas... (No sé por qué Juan tuvo que recibir el golpe, pero ya que estamos).

LUCIO: Vamos, Oliver, no me la compliques. Tú fuiste el primero. Te considero el primero porque me interesabas tú y no tu billetera.

YO: Como sea. Tengo sueño y tengo que terminar de estudiar. Mañana me espera un día largo. Nos hablamos después.

Y diciendo eso, cerré sesión.

La asfixia que tenía hace unos días volvió de repente. Pero ahora sabía por qué. Candela, Lucas, Lucio y Hugo rompieron mi calma en una sola noche. Cuatro historias diferentes sin finales. Cuatro historias que tendría que comenzar a cerrar.

0 Culpables: