miércoles, 23 de abril de 2008

157. El Peor Monosílabo

- Tuve un estúpido e insignificante... - volví a repetir, volviéndome a pasar el mismo problema.

Lucas vio que yo tardaba, como de costumbre, en decir lo que debía, que abrió el juego Soldat y se puso a jugar.

- Cuando quieras contármelo, te escucharé - dijo, con el típico tono de estar cansado que yo siempre tarde horas y horas en contarle un hecho.

- Es que trato de encontrar la forma de decírtelo sin verme tan culpable - confesé.

- No importa cómo lo digas, siempre serás el culpable - me respondió, aunque ignoro si pensó que esas palabras me darían fuerza para contárselo o sólo estaba siendo detestable. Posiblemente la segunda opción.

- Tuve un estúpido e insignificante...

Y no. No podía. Mi cabeza daba vueltas a mil, pero no sabía cómo contárselo. Es lógico que quería hablarle del sueño erótico que había tenido con él. Ese sueño que fue una fantasía constante en cuanto a nosotros dos.

¿Por qué iba a hablar del sueño y no de lo que realmente sentía? Porque sabía que el sueño, después de todo, podía ser tomado en cuenta como sólo un sueño. Singular. Irrepetible. Algo de una noche que no sabemos cómo pudo haber sucedido y que pronto pasaría al olvido. Bueno, por lo menos a su olvido.

Pero, ¿y si se lo tomaba a mal? Lo que menos quería era perder su amistad. Después de todo, Lucas era la única persona que mal que mal era estable en mi vida. La única persona a la que quería ver al final del día. La única persona a la que me apetecía contarle lo que me sucedía y lo que sentía. Claro que tendría mucho más para contarle, si empezaba a contarle todo lo que sentía por él. Pero posiblemente nunca más me hablaría. Así que la situación era verdaderamente complicada.

¿Cómo le cuentas a tu confidente que sientes algo por él? Es imposible. Por eso es mejor un cura. Sí, definitivamente tendría que comenzar a volver a la Iglesia. Aunque el cura me diría que lo que siente está mal. Como si yo no lo supiera. Aunque claro, él me lo diría por razones distintas.

Anyway, no había manera de decirlo y mi boca no conseguía expulsar las palabras. Lo más gracioso es que Lucas ya comenzó a prestarle más atención al Soldat, por lo que no tenía problemas en que yo esté demorando tanto.

Tenía que hacerlo, de un tirón. Sin vendas. Después de todo, tuve miles de señales de que aquella era la noche perfecta. La atmósfera estaba intacta. El momento acordado. No había marcha atrás.

- Tuve un estúpido e insignificante...

Nuevamente me quedé helado. ¿Debía decir sueño erótico? ¿O sueño subido de tono? ¿Cuál de las dos maneras sonaba menos dramática? Sé que las dos cosas significaban lo mismo, pero la recepción de una y la otra eran totalmente distintas.

Daba igual, después de todo, el mensaje se recibiría. Sólo tenía que juntar el valor, que en ese momento estaba en otro lado del planeta, porque me había abandonado el muy cobarde.

- Tuve un estúpido e insignificante sueño subido de tono... que te incluía - dije, rápidamente, y me acosté en mi cama. - ¿Lo ves? ¡Era una estupidez!

- Sí - respondió él, y se volvió a concentrar en el Soldat.

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