sábado, 22 de marzo de 2008

106. Lo que Hace la Culpa

Al día siguiente, faltaban unas horas para ir a jugar al TEG en la casa de Ana, con su madre, cuando una banda de mensajes de texto empezaron a circular por mi celular.


Leo: "Lo siento, tengo mucho para estudiar. No voy a poder ir."


Julieta: "No puedo ir. Es Viernes Santo y mi familia quiere ir al Via Crusis."


Lucas: "¿No te vas a enojar si no voy, o sí?"


En ese momento llegué a la conclusión de que estaba rodeado de personas estúpidas. Me puse a pensar en si ellos lo hacían a propósito o realmente se ponían de acuerdo para fallarme en manada. Totalmente enojado, les mando el mensaje a los tres:


"De ahora en más, confiaré en mis perros para hacer planes".


Tal como esperaba, el mensaje tuvo efecto del otro lado, aunque con sus posibles consecuencias posteriores, pero de todos modos, logró lo que buscaba. A los minutos me llega la respuesta de Leo.


"Si todavía no es muy tarde, voy contigo."


Cinco minutos más tarde, la de Lucas.


"Está bien, iré, pero de ahora en más cada vez que yo quiera que salgas conmigo, saldrás."


Y diez minutos más tarde, finalmente la de Julieta.


"No vuelvas a hacer planes con mi nombre sin consultármelo antes."


De acuerdo, con Julieta no funcionó esto de la culpa, pero si empezáramos a recordar, yo a ella le avisé sobre un viaje al cual tampoco iba a ir, por lo que no tenía derecho a decirme nada y yo podía seguir fingiendo resentimiento por un buen tiempo más.


Así que ahora ya tenía a dos aliados para ir a jugar y alegrar la vida a la madre de Ana que había quedado sola en este fin de semana largo, pero fue antes de partir cuando mi MSN alguien inesperado me habló.


SEBASTIAN: Oye, ¿ya se te pasó la locura del otro día?


Estaba claro que se refería a la locura de cuando terminé echándolos de mi casa. Y digamos que lo que para mí fue un hecho totalmente transcendente, para Sebastián visiblemente era algo para tomárselo con humor.


YO: ¿A cuál de todas las locuras te refieres?
SEBASTIAN: En esa donde dijiste que todos te atacamos. Y no sé qué más.


Sebastián estaba confirmando la teoría de que Lucas había hecho tal escándalo, que todos pensaban que yo estaba desprestigiándolos por el mundo. Y eso no era del todo cierto, sólo los desprestigiaba con algunos amigos y, bueno, por medio de este blog.

YO: Escucha, que haya tenido un problema particular con alguno de ustedes (entiéndase, Lucas) no significa que yo haya generalizado. Con referencia a tu persona, ya pasaron cinco días. No recuerdo mucho cómo se dio. Pero es cierto que me sentí atacado de tu parte, más la presión del momento fue lo que hizo que yo explote.


SEBASTIAN: Pero también dijiste algo de mí. Porque yo no recuerdo haber dicho nada que te pudo haber molestado.


Nuevamente, me adentraba a una conversación sin salida. Definitivamente, tengo que aprender a cerrar la boca y ocultar mis emociones de ahora en más.

YO: Fue el momento, Sebastián. Ya pasó.


SEBASTIAN: Entonces no digas que yo dije algo porque no fue así.

YO: Esto nos va a enredar en una serie de discusiones, y tengo poco tiempo para jugar al rol de antagonista. Escucha, si te molestó algo de lo que "escuchaste" que yo dije, te pido disculpas, aunque sólo me hago responsable de la frase de tener que hablar contigo por este tema, que se lo dije a Lucas. Debates, comentarios y conclusiones a las que tú y tus amigos hayan llegado, no corren por mi cuenta.

SEBASTIAN: Me tengo que ir, Oliver. Pero me gustaría que le pidieras disculpas a Lucas.

Eso provocó que por poco me agarre un infarto.

YO: ¿Yo tengo que pedirle disculpas a él?

SEBASTIAN: Así es. Él te quiere mucho y no se merece lo que le estás haciendo.

Mágicamente, yo me convertí en el malo de la película. ¿Quién lo diría?

0 Culpables: