jueves, 27 de marzo de 2008

109. Nada como No Hacer Nada

Un par de días después, cosas absolutamente sin transcedencia había llegado a mi vida. El lunes por la tarde, el grupo volvió a reunirse a jugar al TEG, nuevamente con la madre de Ana, porque el corte de las carreteras impidió que Ana pueda regresar. Esta vez cambiamos a Leo (que trabajaba) por Julieta y Guillermina (que estaban disponibles). Más allá de que Lucas estuvo con un humor de perros y atacándome (de nuevo) toda la sesión, no pasó nada más.

Luego, una vieja amiga de la infancia vino a visitarme porque no tenía nada mejor que hacer y había salido del trabajo. Además, quería pedirme mi teléfono porque necesitaba un taxi para llegar a la casa de su amante. Llamamos a miles de lugares pero ninguno atendió. Inclusive paramos a uno en la vereda que nos grito "¡ya vuelvo!" y nunca se dignó en regresar. Así que sus intentos se vieron frustrados.

Al día siguiente, me encontré hablando por chat con un desconocido, a quien invité a mi casa y terminamos teniendo sexo. Lo sé. Sé que estas cosas no se hacen, y no es que quiera pecar de promiscuo, pero antes de hacerlo, aclaramos que sólo pasaríamos un rato agradable. Aparte era muy lindo, no lo podía rechazar.

De acuerdo. Sé que quienes leen esto me están juzgando.

Es más, ni siquiera comenté el detalle de que es amigo de Fernando (mi sex-toy en Diciembre).

Está bien, soy un asco de persona. Como sé que esto rompe mi esquema de niño bueno, (y si bien la excusa de querer sacarme a Lucas de la cabeza no funciona) guardaré esto como uno de mis mayores secretos.

Será algo que será encerrado bajo siete llaves.

Al día siguiente, se lo conté a Lucas.

A decir verdad, el hecho de haber tenido sexo el día anterior hizo que no me importe que Lucas llegue a mi casa y las dos primeras horas (¡dos primeras horas!) haya estado prendido a la computadora y ni siquiera me haya dirigido la palabra (¡en mi propia casa!).

Y finalmente terminó la noche con Tobías en mi habitación también, a quien no volví a ver después de haberlo echado de mi casa el día que se armó aquél problema y de quien Lucas no me hizo buena publicidad luego.

Como dije, nada transcedente. Se sigue esto convirtiendo en un problema. ¿Es mucho pedir algo bueno? ¿Algo que me haga sentir magia?

1 Culpables:

Unknown dijo...

YO lo he leido, y no te he juzgado... aunk siempre es mejor esperar lo peor de las personas...

saludos!!