miércoles, 12 de marzo de 2008

78. Rivalidad con Pablo

Sólo era un simple viaje donde yo me iba a reencontrar con unos viejos amigos. Era por un par de horas. Hace unos días atrás le había pedido a Lucas que me acompaña y él había aceptado. Para mi sorpresa, cumplió.

- Anoche la pasamos muy bien en la salida - me fue contando en todo el camino.

- ¿Y qué tal Leo? - pregunté. - ¿Lo fuiste a llevar a su casa?

- No, Leo quiso salir con nosotros - respondió Lucas, sonriente.

La noche anterior, cuando todos se estaban marchando y yo me quedé en mi hogar, Leo me dijo que se iría a dormir porque estaba muy cansado y que otro día hablaríamos de la vida. Aquella noticia de que salió con los demás, me hizo pegar una leve punzada en el estómago. Ya explicaré mis motivos para no quedar como un loco posesivo.

- Ah, mira tú - dije, sonriendo falsamente. - ¿Cómo lo convenciste?

- ¡Él sólo quiso venir conmigo! - me contestó Lucas, como si fuera una hazaña. - Yo estaba por dejarlo en su casa cuando preguntó qué es lo que íbamos a hacer, entonces le dije que viniera con nosotros y fuimos. Realmente es una persona muy agradable.

- Sí, vaya que sí lo es - contesté, mientras que la voz en mi cabeza se contenía por no explotar a los gritos.

De acuerdo. La situación es la siguiente: Leo me llama un sábado a la noche porque no tiene planes. Le digo que puede venir a mi casa. Aparecen nuevas personas a las cuales rechazo para quedarme con él y seguir siendo su compañía, pero finalmente él me termina rechazando por irse a dormir. El problema es que jamás tuvo intenciones de irse a dormir. Sí. Lindos detalles de las personas que me rodean.

Nota Personal: ¡Estas cosas no me pasarían si yo sigo anteponiendo el bienestar de los demás al mío! También exagero. De todos modos no hubiera salido con los chicos. No me sentía de ánimos.

El reencuentro con mis amigos fue divertido. Tampoco muy transcedental. Pero Lucas les cayó muy bien. Por un lado eso fue peligroso, pero como sabía que era muy difícil que se volvieran a reencontrar, los dejé a un lado.

Cuando regresamos a nuestra ciudad, había un segundo viaje en mente que teníamos en el futuro. Mis padres me habían regalado tres tickets para viajar con alguien, la persona que yo más quisiera, por un par de días en Semana Santa. Acepté la invitación y ya se pueden imaginar quién fue mi primera opción. La segunda opción fue Julieta, mi gran amiga, pero ella me canceló a los dos días debido a que tenía mucho que estudiar por su carrera. Por lo cual, había una persona a la que todavía me quedaba por invitar. El tema es que aún no descubría a quién.

Entonces nuevamente reapareció Pablo. El amigo/rival de Lucas.

- ¿Qué opinas si le pregunto a Pablo para viajar? - le dije, en un momento en donde Pablo no podía escucharnos.

- No - me dijo, suplicante. - Por lo que más quieras, a Pablo no.

Si bien me sorprendió su actitud, una parte de mí no podía dejar de sonreír. No sé por qué motivo ambos se odiaban tanto, pero lo hacían. Supuse que para Lucas pasar 5 días lejos del mundo pero con Pablo debería ser una especie de tortura. Aunque pasar todo ese tiempo con Pablo y con Lucas como cómplice, podría haber sido una buena estrategia (ya frustrada) para ganar terreno. De todos modos, obedecí. Pablo quedó descartado a los tres minutos de que se me vino la idea en la cabeza.

0 Culpables: