Todo el mundo en la fiesta se dio por enterado que la moto y la campera de Pablo no habían tenido una buena suerte. Por mi parte, fui a sentarme con Guillermina y con Jessica, que estaban esperándome desde hace tiempo.
- ¿Y tú cómo te sientes por la pérdida de Lucas? - me preguntó Jessica, sonriendo como una estúpida. - ¿Como tomas el hecho de que tal vez él se encuentre allá con Betiana?

Pero volviendo al problema central de la campera perdida, Pablo vino a sentarse junto con nosotros. En la mesa seguían jugando al póker y él había perdido absolutamente todo su dinero en los primeros cinco minutos, por lo que era un jugador fracasado y frustrado.
- Oye, estába diciéndole a los chicos - dijo Jessica - que tenía ganas de ir dentro de la casa. No sé qué piensas tú, pero yo estoy sintiendo frío.
Guillermina y yo reímos por ese comentario, debido a que lo dijo exclusivamente por la pérdida de la campera.
- Es que en estos momentos no tengo frío - dijo él, captando el chiste. - Todavía estoy cansado de arrastrar la moto hasta la casa de Oliver, donde por supuesto Oliver me ayudó llevándola unos sesenta metros (es cierto, Pablo hizo el 98% del trabajo, pero el 2% que hice yo, lo hice con la mejor predisposición). De todos modos cuando se seque mi transpiración, posiblemente comience a sentir el frío. Además sigo sosteniendo que la campera debe seguir en el auto. Tal vez no la busqué bien por la oscuridad que había.
- Pero puede que esté en la calle - dije, intentando que capte mis indirectas. - Creo que es mejor si vas a buscarla ahora y te fijas si no quedó tirada.
- Es muy poco probable - me contestó, haciendo que yo quiero golpearme la cabeza contra la pared. - Lo más seguro es que en algún momento haya quedado en el local.
- Pero, ¿qué tal si quedó en la calle?
- No creo - volvió a responder. - Ya te dije, mañana iré a buscarla...
- ¡Yo tenía tu maldita campera usándola de almohada cuando te bajaste! - grité, desesperado, ante el asombro de los tres. - La dejé del lado de tu puerta, así que es muy posible que cuando subiste al auto, se haya caído.
Me sentí completamente liberado de poder decir una cosa así, pese a que los tres se quedaron mirándome con la boca abierta.
- ¿Y por qué no lo dijiste cuando Luis se estaba ofreciendo para llevarme a buscarla? - pregunté.
- Porque es mejor quedar como estúpido delante de ti, que ya me conoces, a quedar como un estúpido delante de dos desconocidos - contesté, totalmente molesto.
Pablo se levantó en seguida y fue hacia donde se encontraba Sebastián. Al parecer, Luis nuevamente iba a llevarlo a Pablo. Había hablado a tiempo. Eso ya era algo bueno.
Guillermina y Jessica me miraban sin saber bien qué reacción tomar hacia conmigo. Aquello parecía una noche sacada de alguna sitcom norteamericana.
- ¿Acaso estás haciendo estas cosas para llamar la atención por la ausencia de Lucas? - preguntó Jessica, volviendo a sonreír.
Una sitcom escrita directamente para mí.
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