sábado, 15 de marzo de 2008

83. Defensor

Nunca fui de las personas que defienden a los demás cuando los otros lo atacan. Miles de veces me quedé barado entre comentarios y lanzas que se dan mutuamente dos personas que conozco, pero jamás me intrometí. Soy bastante popular por siempre mantenerme neutro en esta clase de asunto, por eso fue tan raro cuando en la noche de viernes me encontraba en la casa de una de las chicas del grupo, Guillermina, y sucedió algo de antología: defendí a alguien en su ausencia. No hace falta tener mucho razonamiento para adivinar que fue a Lucas.

El problema devino a que Guillermina y Lucas siempre se llevaron mal. Cada vez que se encontraban era un bombardeo constante de insultos y agresiones que nadie podía controlar, y aunque la mayoría de las veces era completamente gracioso, había también momentos en donde no mediaban hasta dónde llegaba el juego.

También el caos se aumentó cuando hace un par de semanas se me ocurrió la genial idea de andar repartiendo la teoría de que ellos dos tuvieron un romance en el pasado.

Mi estratégico plan era el siguiente:

Decirle a las amigas de Guillermina (Julieta, Jessica, etc) que Lucas me había contado la historia de amor entre ellos dos y lanzarla como si fuera un elemento sorpresa y algo de público conocomiento que yo "sin querer" había revelado. A su vez, decirle a Lucas que Guillermina andaba repartiendo la teoría que ellos dos, en una noche de alcohol, habían terminado juntos.

Si en algún momento se daba la confrontación y ambos me agarraban con intenciones de que de explicaciones, iba a echarla la culpa a Iván, que él había sido el que me contó. Total, Iván se encontraba fuera de la ciudad y no volvería hasta Julio.

Todo bien planificado. El único problema fue que los dos se empezaron a reír cuando se enteraron y jamás se enojaron. Así que tuve que revelar que era una burda mentira, ya que no tenía sentido que quede como algo que nunca tendría confrontación.

El punto es que Guillermina y Lucas se odiaban, así que la chica organizó una "Noche de Películas" en su hogar, al que fui invitado junto con varios de mis conocidos.

- La única buena noticia - dijo en un momento - es que Lucas no está en la ciudad.

Varios se giraron a mirarme, como esperando a ver mi reacción ante lo dicho. En ese momento me encontraba jugando con mi celular, así que tampoco levanté la vista, y lo que dije a continuación, fue en el tono más normal y calmo posible.

- Sí, es una pena que no esté - respondí. - Pero la buena noticia es que el domingo ya regresará.

Silencio brutal. Nadie saltó ni a favor ni en contra. Aquello me puso algo incómodo, pero seguí fingiendo como si nada hubiera sucedido.

- Nunca imaginé que dirías una cosa así - dijo la chica, sorprendida, aunque espero que su tono haya sido de sorpresa, porque creo que lo quiso hacer como si mis palabras hubieran herido el honor de toda su familia. - No pensé que lo defenderías.

- ¿No es sorprendente cuando hago algo que nadie espera de mí? - pregunté retóricamente, lanzando una sonrisa. - Me agrada sorprender a las personas.

Nadie más dijo nada con referencia a Lucas esa noche. Por mi parte, y más allá de que estoy seguro de que mi actitud pudo haber molestado y muy posiblemente haya sido tema de debate luego (estas personas hacen problemas por la menor estupidez), me sentí orgulloso de haber defendido a mi amigo.

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