lunes, 3 de marzo de 2008

66. Una Nueva Historia

Han pasado dos meses. ¿Por dónde empezar?

¿Podría decir que dejé de ser el perturbado chico que le pesaba el mundo y que apenas conseguía mantenerse de pie? No.

¿Podría decir que alejé los rumores de que mi verdadero dolor estaba ligado a la pérdida de Juan? No.

¿Podría decir que a pesar de haber conocido nuevas personas, haber vivido nuevas experiencias y haber apostado para volver a creer en alguien, me convirtió en una persona apenas feliz? Ni hablar de esta tercera pregunta.

Hay señales que se confunden, y no hay nada peor para una persona que está intentando lograr de obtener algo de estabilidad, andar entre la incertidumbre y la duda. Sencillamente, aborrezco la idea. Pero no puedo apurar las cosas, que van avanzando lentamente. Muy lentamente para mi gusto.

Por supuesto, hablo de Lucas. Todos se preguntarán "¿y quién es Lucas?". Bueno, no solamente ustedes lo hacen. Yo también me lo pregunto a veces.

Lucas vendría a ser mi déjà vú, porque está haciendo exactamente el mismo método que utilizó Juan cuando nos conocimos: "Apego Instantáneo - Amistad Pura - Amor - Me Deja y Nunca Más Aparece". Divertidísimo.

Claro que puedo estar exagerando con este temor, porque ni siquiera llegamos al segundo punto, el problema es que yo creo ya haber atravesado los cuatro en menos de un mes. Es como decir que esta experiencia ya la viví y la estoy viviendo otra vez. Por eso es déjà vú. Valga la aclaración.

La sucesión de hechos que se dieron a lo largo de todo Febrero fueron los siguientes.

Hecho 1:

- Lucas se está apegando mucho a ti - me dijo mi amiga Jessica, quien me lo presentó. - Es raro, porque tiene muchos amigos, pero sin embargo le gusta estar contigo.

Genial. Entonces, ¿por qué el apego?

Hecho 2:

- Lucas, soy bisexual - le dije un día.

- Ya lo sabía - me contestó.

Genial. Entonces, ¿por qué el apego?

Hecho 3:

- Es increíble que todo el tiempo nos llevemos como perro y gato - me dijo una noche. - Creo que si no tenemos motivos para pelear, los inventamos.

Genial. Entonces, ¿por qué el apego?

Y así, una serie de cosas que carecen de sentido y coherencia. Pero es innegable el hecho de que Lucas se apegó a mí en menos de un mes. Pasamos tiempo juntos, nos divertimos y si por el momento él se defiende como heterosexual, yo le creo. Bueno, quizá lo dude, pero él jamás lo sabrá.

La cosa es que Lucas es un completo Anti-Juan. Es detallista, no tiene miedo de contarme sus cosas y es un libro abierto. El otro día estábamos por ver una película subtitulada en la televisión y corrió a pasarme mis lentes sin que yo se lo pidiera. Con ese gesto me compró el corazón. El único problema es que sólo necesito los lentes para la computadora, no para el televisor. Pero de todos modos, la intención es lo que cuenta.

La situación es simple. Me divierte. Me gusta estar con él. Y si no fuera por este problema de orientación sexual, diría que es la persona con la que podría iniciar una relación. Pero esto es un simple detalle.

1 Culpables:

Unknown dijo...

Bienvenido de nuevo!

El tiempo te dira lo que pasará con lucas, no?

hasta entonces a disfrutar

saludos!!