sábado, 29 de marzo de 2008

113. En Menos de 24 Hs

Al día siguiente me desperté desesperado. Pude dormir poco. Me sentía culpable y a la vez con bronca hacia la situación. Hacía unas horas atrás, tenía mil razones para alejarme de Lucas y salir ganando, pero en este momento no encontraba ninguna que sea completamente coherente. Me sentía vacío, como si el efecto de una droga llegara a su fin. Otra vez, un choque contra la realidad.

Le pedí a Julieta que me acompañara hasta mi facultad, debido a que no tenía ganas de quedarme encerrado a llorar por la trágica pérdida de mi querido amigo, esperando que la chica encuentre la manera de despejarme la mente.

- Marcos me ha dejado - me comentó, tratando de ocultar las lágrimas; definitivamente Julieta nunca entendía mis planes.

- Genial - respondí, irónicamente. - Lucas me ha dejado a mí.

- ¿De quién fue la culpa? - preguntó ella.

- Pero por supuesto que de... - reacción intuitiva; mucho tiempo acostumbrado a ser la persona herida, nunca me puse a pensar en estar en el otro lado de la moneda. - Mi culpa. ¿Y en tu caso?

- También, por supuesto mi culpa - respondió. - Todo sucedió porque me desperté de mal humor. De repente lo vi durmiendo al lado mío y lo único que hice fue gritarle y decirle que quería que se marche. Por supuesto, se marchó y después reaccioné en lo que hice, empezando a llorar como una loca. Ahora seguramente no nos hablaremos por un par de días y después todo volverá a la normalidad.

- Por lo menos tú no te lo tienes que encontrar en unas horas, delante de todos tus amigos, sin saber qué máscara usar para disfrazar la ocasión - respondí. - En unas horas jugaremos al TEG y... ¡Por Dios! ¡Me había olvidado que en unas horas jugaremos al TEG!

No sólo era suficiente tener que despedirme de alguien, sino que tenía que reencontrarlo en menos de 24 horas. ¿Qué tenía que hacer? ¿Fingía que nada me importaba y actuaba indiferente, confirmándole la teoría de que su amistad no me importa? ¿O iba hecho un mar de lágrimas y quedaba como un imbécil delante de todo el mundo? Ninguna de las dos opciones me llamaba la atención, como siempre.

Ana, Lucas, Guillermina, la madre de Ana y yo, éramos los cinco jugadores de esta ronda. Habíamos quedado en reunirnos a las 20 hs, pero como Guillermina tenía un examen de karate, teníamos que posponerlo para las 22.30.

Guillermina (rival declarada de Lucas) también estudiaba karate con Pablo (otro rival, aunque no declarado, de la misma persona), por lo que deduje que cuando éste último me llamó preguntándome si también podía jugar, fue la chica quién habló más de la cuenta y se lo comentó. Por suerte, el lugar que originalmente iba a ocupar Julieta, ahora se encontraba vacío, por lo que también invité al chico a que asista.

La noche iba a ponerse muy interesante.

0 Culpables: