jueves, 13 de marzo de 2008

80. Mariposas (2º Parte)

Betiana era la muchacha con la que Lucas tuvo su gran relación de amor/odio durante varios años. Finalmente estaban intentando ponerse serios e intentar salir a flote por cuarta vez, cuando llega la desesperante noticia de parte de la chica quien había decidido mudarse lejos de su casa donde tenía problemas. Justo cuando ellos estaban a punto de ser felices. Ironías de la vida, supongo.

La historia terminó bien, pero ambos separados. Hasta que se volvieron a encontrar, gracias al alcance tecnológico del MSN, y como Lucas, por su trabajo, tenía que viajar el fin de semana a la ciudad donde ella estaba, se le puso la brillante idea de ir a pasar el domingo hasta lunes o martes en la casa de ella.

- Me olvidé de decírselo - me dijo, una vez contado el brillante plan. - Pero agrégala a tu cuenta y si la ves on line, dile mi plan. Así tengo la seguridad de poder ir con ella.

Grandioso. Yo sería el encargado de asegurarme de que mi amigo tenga sexo durante el domingo y el lunes. Asentí ante su petición y no dije nada más. No valía la pena.

Pero fue entonces cuando me di cuenta. El sentimiento de las malditas mariposas, que esa noche se acostaron conmigo y al día siguiente se despertaron. Al contrario de lo que le puede llegar a suceder a muchos, las mariposas me pusieron de mal humor. Eran inevitables, pese a que yo no las quería.

Eso me puso a dar vueltas en la cabeza. Me obligué a pensar que había llegado el postergado momento de comenzar el ataque de evitar a Lucas. Esta vez no había sido su culpa. Esta vez había sido pura y exclusivamente mía.

Por más que me doliera, llegó la hora de dejarlo partir.

Por eso, al día siguiente a la noche, cuando Lucas me llamó para decirme que iría a verme, lo rechacé. Sé que se enojó. Pero no me importaba. Necesitaba tiempo para pensar y estar a solas, por más que dolía demasiado.

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