Por la noche, un triste y patético Leo vino a visitarme. Lo gracioso de recibir visitas en mi estado gripal es que las personas no venían a visitarme porque siemplemente querían verme y ver cómo evolucionaba, sino porque sus vidas en ese momento estaban siendo más desgraciadas que las mías.

- Realmente me había ilusionado conque viniera - me dijo, con esa voz quebrada.
Era un problema sin solución, porque a menos que alguien fuera a buscar a su novia caminando o en un avión, era imposible que puedan verse. Repentinamente aquella noticia que tanta felicidad me había dado por la cancelación de mi viaje, ahora estaba trayéndole problemas a todos los que me rodeaban. Así que decidí hablar de temas superficiales, y mencioné nuevamente el incidente entre Julieta, Guillermina y Lucas; a lo que Leo simplemente respondió diciendo que también recibió el mensaje.
Aquello debía ser un chiste.
Con esa última gota, decidí agarrar mi celular y comenzar a escribir un mensaje, al viejo número de Lucas, que tal vez todavía seguía en funcionamiento.
"Que zorro que estuviste. ¡Ya no me quieres más! ¡Nunca me diste tu nuevo número! Estoy indignado. Que desilución. Ahora mismo voy a ir a suicidarme por esta traición sin sentido."
Entiéndase, en subtítulos, que mi mensaje en realidad quería opacar la angustia que sentía por ser el único no avisado, por medio de un lenguaje cómico y exagerado. Afortunadamente, Lucas no sabía comprenderme, por lo que tenía la total libertad de usar esta forma de descarga con él.
Increíblemente, Lucas me responde de la forma menos esperada.
"Anoté mi número en tu celular la noche que me lo compré. ¡Ahora el indignado soy yo!"
Es impresionante, pero siempre lo consigue. Nunca puedo ganarle. Lucas siempre termina siendo la víctima de la historia y, increíblemente, el que no para de cometer errores.
0 Culpables:
Publicar un comentario